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Nuevo informe encuentra que el programa de austeridad del FMI de Ecuador podría desembocar en una recesión económica y un mayor desempleo


July 15, 2019

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15 de julio, 2019

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Washington, DC — Un nuevo informe del Centro para la Investigación en Economía y Política (CEPR) analiza el acuerdo de Ecuador con el Fondo Monetario Internacional (FMI) firmado en marzo de 2019, y encuentra que el país sudamericano experimentaría una reducción de su PIB per cápita, un mayor desempleo y una mayor inestabilidad macroeconómica como producto del acuerdo. El propio programa proyecta, como señalan los autores, que Ecuador sufrirá una recesión este año y un incremento del desempleo en cada uno de los tres primeros años del acuerdo. Incluso así, estas proyecciones son optimistas, concluye el presente informe.

“El programa del FMI para Ecuador exige eliminar un conjunto de políticas que a lo largo de los últimos años han tenido mucho éxito en estimular el crecimiento económico, reducir el desempleo y reducir la desigualdad y la pobreza”, declaró Mark Weisbrot, codirector de CEPR y uno de los autores del informe. “Desafortunadamente, incluso el mismo FMI pronostica una disminución de estos y otros indicadores sociales y económicos a medida que, junto al actual Gobierno ecuatoriano, vaya revirtiendo estas políticas”.

El programa requiere un amplio ajuste fiscal con el fin de crear un gran superávit fiscal, el que sería producto de la combinación de recortes salariales y despidos de hasta 140 mil empleados del sector público; del aumento de los precios de los combustibles y la electricidad al reducir los subsidios; del incremento de las tarifas de servicios públicos; de la subida de los impuestos indirectos: probablemente el Impuesto al Valor Agregado (IVA, un impuesto sobre el consumo); y de la eliminación de las exenciones del IVA que actualmente benefician a la mayoría de los hogares.

“El programa del FMI está basado en reformas del lado de la oferta, con el objetivo de que el tipo de cambio real del Ecuador sea internacionalmente más competitivo y, por lo tanto, mejore el saldo de la cuenta corriente del país”, apunta el informe. “Esta estrategia se conoce como ‘devaluación interna’” y equivale a mantener el desempleo alto y reducir los salarios para supuestamente conseguir que la economía de un país sea más competitiva a nivel internacional. Esta estrategia ha sido aplicada por el FMI y las autoridades europeas en Grecia y en otros países de la eurozona.

Otras recomendaciones relacionadas con la devaluación interna son el aumento del período de prueba para los trabajadores, la reducción de los pagos por despido y la instauración de empleos a tiempo parcial sin remuneraciones más favorables.

El programa del FMI también insta a la privatización de “aerolíneas, servicios públicos y otras empresas de propiedad estatal”, aunque no está claro hasta qué punto tales medidas de privatización aumentarían la productividad, ni cómo mejorarían el tipo de cambio real del Ecuador y su cuenta corriente.

Si bien el programa incluye una serie de medidas hostiles hacia los trabajadores, es mucho más amable con el sector financiero, exigiendo elevar los límites de las tasas de interés; reinstaurar la autonomía del Banco Central; prohibir la financiación del sector público por parte del Banco Central; y facilitar la fuga de capitales a través de la desregulación de la cuenta de capitales.

Otras reformas incluyen eliminar la Secretaría de Planificación y Desarrollo como actor principal en el proceso de presupuestación, y permitir una reforma fiscal regresiva que priorice los impuestos indirectos. El FMI anticipa una “oposición social y política” al programa. Organizaciones de la sociedad civil y, en particular, la Defensoría del Pueblo de Ecuador, han presentado demandas alegando que el acuerdo viola la Constitución ecuatoriana.

“La austeridad del FMI impide el crecimiento de manera consciente”, dijo Andrés Arauz, uno de los autores del informe. “Desafortunadamente, la austeridad golpea con mayor fuerza a los trabajadores y a los más pobres. Probablemente empeorará la desaceleración económica de Ecuador y hará que el empleo y los niveles de vida sean bastante más precarios para muchos ecuatorianos”.

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