Hacer encuestas en Venezuela es diferente

05 Octubre 2012

Mark Weisbrot
The Guardian Unlimited, 5 de octubre, 2012En Inglés

Las encuestas, y tal vez más importante – el abuso de los datos de las encuestas – en Venezuela tienen una historia con altibajos.  Nunca se me olvidará el día del referéndum revocatorio en 2004.  Estaba sentado en el estudio de BBC en Washington, entre una entrevista de TV y otra de radio,  cuando la máquina de fax recibió un documento de la que era en ese entonces una de las compañías demócrata de encuestas/consultaciones más influyentes en los EE.UU.: Penn, Schoen, Berland y Asociados.  “Resultados de encuestas de salida demuestran una gran derrota para Chávez” era el titular.  Ellos aseguraron que habían entrevistado una muestra enorme (más de 20.000 votantes en 267 centros de votación), y concluyeron que se había votado para sacar a Chávez fuera de la presidencia por un márgen de 59-41 por ciento. 

Miré a la productora, quien me dio el fax con más de un poco de perplejidad.  ¿Acaso ésta compañía no tiene una reputación? ¿Pueden inventarse ésta mierda sin que haya consecuencias?

Aparentemente podían.  Los resultados actuales del referéndum fueron lo opuesto, 58-41 en contra de la revocación;  la Organización de Estados Americanos y el Centro Carter observaron las elecciones y dejaron claro que no había duda que habían sido justas. La probabilidad de que PSB haya conseguido sus resultados aleatoriamente, dado el voto actual, fue menos de 1 chance en 10 al poder de 490, si es que se puede imaginar algo tan improbable.

La productora dejó el comunicado de prensa a un lado.  “Yo no haré nada con esto a no ser que hayan más fuentes,” dijo. 

Lo cual nos trae a las elecciones presidenciales de éste domingo.   Las encuestas más recientes demuestran una amplia gama de posibilidades, desde un 4 por ciento de ventaja para Capriles hasta un 27,7 por ciento de ventaja para Chávez.  El promedio es una ventaja de 11,7 puntos para Chávez sobre su contendiente, Henrique Capriles.

Mi colega David Rosnick hizo un análisis estadístico de los datos de las encuestas más recientes para ajustar la parcialidad de las varias compañías de encuestas, usando datos de 2004-2012.  La ventaja, una vez ajustada, sube a 13,7 puntos porcentuales, dejando a Capriles con un estimado de 5,7 por ciento de posibilidad para ganar las elecciones.   

Sin embargo, muchos en los medios lo están haciendo ver como si fuese una competencia política cerrada, a pesar de los datos de las encuestas.   No está tan mal como en 2004, cuando la mayor parte de los medios estaban pretendiendo – ridículamente, como fue visto – que el referéndum revocatorio estaba demasiado cerrado para.  Hay progreso en la historia.  También, algunos informes y analistas quienes están intentando reportar con más precisión para inversionistas – el mercado de bonos de Venezuela ha demostrado un poco de “exuberancia irracional” últimamente con esperanza de que Capriles se lleve la victoria – están diciendo que lo más probable es que gane Chávez. 

Más en serio, la oposición de Venezuela en el pasado siempre ha tenido un “Plan B,” el cual es declarar  que hubo fraude si pierden y atraer a la gente a las calles.  Nosotros nunca sabremos quien le pagó a PSB para que hiciera la “encuesta de salida,” pero apuesto que fue parte del “Plan B” – aunque no coordinó necesariamente con otros actores políticos.  También hubo una investigación académica que – con la ayuda de teorías de conspiración que hacían ver a “Loose Change” razonable a comparación, y la encuesta de salida de PSB – declararon evidencia estadística y que los resultados de la elección habían sido robados.  El Centro Carter tuvo que montar una comisión independiente de académicos estadísticos para revisar la “evidencia” estadística, y por supuesto concluyeron que no existía.   

Pero estas alegaciones tuvieron un impacto significativo en Venezuela—en donde la oposición boicoteó las elecciones del congreso en 2005 bajo el argumento de que el referéndum del 2004 fue “fraudulento.” La mayor parte de la prensa en América Latina también tomó estas teorías de conspiración. 

¿Y el domingo? Chávez hizo su declaración usual de que él aceptará los resultados, sean como sean; Capriles no se ha comprometido a lo mismo.  Una de las mejores cosas que tienen las autoridades electorales de su lado es que la administración de Obama – como la de Bush en 2004 – no quiere ningún problema que vaya a subir los precios de gasolina antes de las elecciones presidenciales de EE.UU.  Sería improbable que Capriles y la mayoría de sus aliados  hicieran un esfuerzo y se organizaran con Washington para reconocer los resultados.  Haber puesto sus elecciones antes de las nuestras en EE.UU fue una de las cosas más inteligentes que pudo haber hecho el gobierno Venezolano para garantizar la integridad del proceso electoral. 

Pero hay partes de la oposición que ya están diciendo que Capriles debe ganar y que habrá violencia en las calles si las elecciones son “robadas.” Entonces las acciones de un “Plan B” siguen siendo una posibilidad. 

La historia de las encuestas de 2004 tiene un final feliz.  En 2006, PSB publicó algunas encuestas pre-elección que nadie podía creer (Chávez resultó ganando con el 62.8 por ciento de los votos).   Así que Mark Penn despidió a Doug Schoen.  Penn fue a servir como jefe estratégico para Hillary Clinton en su candidatura a la presidencia de 2008, ofreciendo conocimiento de cómo derrotar al “inelegible” Obama por su “falta de raíces americanas.”  Penn fue obligado a renunciar como jefe estratégico cuando se descubrió que estaba ayudando al gobierno colombiano para presionar por un acuerdo de “mercado libre” con EE.UU.

Doug Schoen recientemente publicó un nuevo libro sobre la “crisis en la política Americana.”  Se llama “Divididos sin esperanzas,” y tiene un gran refrendo de celebridades como Michael Bloomberg y Bob Shrum.  Espero que chequeen los datos de las encuestas que el autor esté usando.

¿Es éste un gran país, o que? No importa que tan mal estropees algo, siempre hay otra oportunidad.  Bueno, por lo menos para algunas personas.


Mark Weisbrot es codirector del Center for Economic and Policy Research (CEPR), en Washington, D.C. Obtuvo un doctorado en economía por la Universidad de Michigan. Es también presidente de la organización Just Foreign Policy.

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