El New York Times viola los estándares económicos básicos y los procedimientos periodísticos al reportar la inflación en Venezuela

06 Marzo 2014

Mark Weisbrot
The Americas Blog (CEPR.net), Jueves, 6 de marzo, 2014

Lea el artículo original (En inglés)

El sábado1 de marzo, el New York Times presentó un gráfico para acompañarsu artículo  sobre Venezuela, que mostraba una “tasa de inflación implícita” de más de 300 por ciento.

Esa estadística fue fabricada por el Instituto Cato. No se trata de una medida relevante de la inflación y son pocos los economistas que la aceptarían de tal forma. A continuación explicaré por qué el Times ha violado los estándares básicos, tanto en lo económico como en los procedimientos periodísticos mediante esta decisión, que hasta el día de hoy (6 de marzo) los editores se han negado a corregir, a pesar de que la información es presentada junto con explicaciones de por qué no es certera. Pero ante todo, hagamos un apartado acerca de la importancia de este tipo de distorsión mediática.

Si esa estadística engañosa  es retomada por los medios venezolanos favorables a la oposición y la convierten en otro “hecho”, esto podría ejercer una influencia importante en la dinámica real de la inflación en Venezuela. En la medida en que la gente crea en esta estadística, muchos venezolanos no querrán guardar moneda nacional y buscarán transferir su dinero a dólares u otros activos, alimentando así la depreciación de la moneda en el mercado negro y disparando la inflación.

(En Argentina, existe un problema similar, donde los medios, casi en su totalidad contrarios al gobierno, a menudo exageran los problemas de la economía, de forma que más gente huya de la moneda nacional en ese país).

Con respecto a Venezuela, esta es la segunda oportunidad en las últimas dos semanas en que el Times ha distorsionado un hecho clave que arrastra repercusiones políticas de peso. El 20 de febrero, el Times publicó este artículo con la frase “El único canal de televisión que regularmente le daba difusión a voces críticas al gobierno…”  Pero resulta que todos los canales privados de televisión  “transmiten con regularidad voces críticas al gobierno”. El Times hizo la corrección. La importancia de este tipo de errores se ve reflejada en las declaraciones de actores que no tienen familiaridad alguna con Venezuela, como Kevin Spacey y Jared Leto, cuyas palabras acerca de la “libertad de expresión en Venezuela”, completamente divorciadas de la realidad, fueron escuchadas por decenas de millones de personas. Es algo de muy mal gusto, dado que le brinda apoyo al movimiento derechista que actualmente busca derrocar al gobierno electo democráticamente, y sobre todo respalda su estrategia fundamental, que consiste en crear la imagen de un gobierno dictatorial e ilegítimo, lo que a su vez permite justificar las manifestaciones violentas en Venezuela.

Veamos ahora los detalles más aburridos acerca del error del Times con respecto a la inflación. La inflación se ubica actualmente en 56 por ciento, cifra que sin duda es alta, pero que tampoco llega a ser hiperinflación. El error del Times, tomado del Instituto Cato, es en realidad bastante sencillo. Emplean una fórmula para calcular lo que sería la inflación si la población tuviera que pagar todos sus bienes y servicios en dólares comprados en el mercado negro. Sin embargo, cualquier persona en Venezuela nos dirá que eso no ocurre. Para la mayoría de las compras de la canasta de productos que mide el Índice de Precios al Consumidor, los venezolanos utilizan la moneda nacional. La medida de Cato (consulte su metodología aquí) indica el cambio en la tasa de cambio del dólar negro, lo cual sencillamente no es lo mismo que la inflación, aunque ambas variables estén relacionadas entre sí. Lo inútil de ese indicador puede verse en el mismo gráfico, donde la “tasa de inflación implícita” se vuelve negativa en los años 2008-09, en un momento cuando la inflación real se ubicaba entre 25-31 por ciento.

El error del Times viola la información económica estándar, ya que lo estándar es utilizar estadísticas oficiales que emanan de entidades gubernamentales y de organismos multilaterales como el FMI (el cual, por supuesto, ni siquiera ha puesto en duda o criticado el Índice de Precios al Consumidor de Venezuela). Las únicas excepciones se dan cuando las estadísticas oficiales no son consideradas veraces por los economistas y existen estimaciones privadas confiables. No se le debería permitir a una parte interesada crear nuevas estadísticas de la nada para la inflación, el desempleo, la pobreza, etc., y esperar que un medio respetado las publique junto con las estadísticas oficiales utilizadas por los economistas y las agencias internacionales.

Siendo justos con el reportero, me dicen que no fue responsable del gráfico y cabe reconocer que, de resto, el artículo es justo, equilibrado y hasta interesante como escrito.


Mark Weisbrot is co-director of the Center for Economic and Policy Research, in Washington, D.C. He is also President of Just Foreign Policy (www.justforeignpolicy.org ).

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